“Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican;
Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.
Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar,
Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño.
He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre.
Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud.
Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado
Cuando hablare con los enemigos en la puerta.” Salmo 127.