Señor en este día quisiera regalarte mi lengua. Cállala cada vez que busque hablar de otros pero permítele gritar ante la injusticia. No dejes que me crea mejor que nadie, pero sobretodo, no quiero juzgar por las apariencias y aprender que todos tienen algo bueno porque son hijos tuyos y hermanos míos. Te amo Señor. Amén.
El que mucho habla, mucho yerra; callar a tiempo es de sabios. Prov. 10:19 (VP).
El imprudente habla mal de su amigo; el prudente guarda silencio. Prov. 11:12 (VP).
Cada uno recoge el fruto de lo que dice y recibe el pago de lo que hace. Prov. 12:14 (VP).
Hay quienes hieren con sus palabras, pero hablan los sabios y dan el alivio. Prov. 12:18 (VP).
Cuidar las palabras es cuidarse uno mismo; el que habla mucho se arruina solo. Prov. 13:3 (VP).
De todo esfuerzo se saca provecho; del mucho hablar, solo miseria. Prov. 14:23 (VP).
La respuesta amable calma el enojo; la respuesta violenta lo excita más. Prov. 15:1 (VP).
La lengua amable es un árbol de vida; la lengua perversa hace daño al espíritu. Prov. 15:4 (VP).
¡Qué grato es hallar la respuesta apropiada, y aún más cuando es oportuna!. Prov. 15:23 (VP).
El hombre justo piensa lo que ha de responder, pero el malvado lanza maldad por la boca. Prov. 15:28 (VP).
Al que piensa sabiamente, se le llama inteligente; las palabras amables convencen mejor. Prov. 16:21 (VP).
El que piensa sabiamente, se sabe expresar, y sus palabras convencen mejor. Prov. 16:23 (VP).
Es de sabios hablar pocos, y de inteligentes mantener la calma. Prov. 17:27 (VP).
Hasta el necio pasa por sabio e inteligente cuando se calla y guarda silencio. Prov. 17:28 (VP).
Cada uno comerá hasta el cansancio del fruto de sus palabras. Prov. 18:20 (VP).
La vida y la muerte dependen de la lengua; los que hablan mucho sufrirán las consecuencias. Prov. 18:21 (VP).
El que tiene cuidado de lo que dice nunca se mete en aprietos. Prov. 21:23 (VP).
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