Terrenalmente no importa quienes seamos para el todos somos iguales, el pago el precio del pecado por todos y cada uno de nosotros.
Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación
(1 Pedro 1:18-19).
No hay comentarios:
Publicar un comentario