martes, 12 de marzo de 2013

Porque no hay acepción de personas para con Dios. Romanos 2: 11 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

 

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Terrenalmente no importa quienes seamos para el todos somos iguales, el pago el precio del pecado por todos y cada uno de nosotros.

Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación

(1 Pedro 1:18-19).

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